Retención de líquidos: ¿cuáles son los alimentos prohibidos?

Retención de líquidos: ¿cuáles son los alimentos prohibidos?

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6 minutos
febrero 25, 2023

¿Te ocurre con frecuencia que te sientes hinchada como un globo? Si es así, debes de tener en cuenta que, sin lugar a dudas, la alimentación juega un papel determinante si lo que necesitas es evitar el edema o, como se conoce popularmente, la retención de líquidos o hinchazón.

Los síntomas más característicos del edema son los siguientes: subida de peso súbita e inexplicable de un día para el otro; hinchazón en las piernas, muslos y tobillos, aumento del perímetro abdominal, y presencia de fóvea (al oprimir la piel con un dedo se produce un hundimiento que dura algunos segundos o minutos tras quitar esa presión). A todo lo anterior se puede sumar la aparición de la temida celulitis o piel de naranja. Lo primero que hay que hacer es consultar con el médico para averiguar cuál puede ser el motivo de la retención de líquidos en cada caso concreto, ya que no es lo mismo que ocurra ocasionalmente o que sea una condición que se alarga demasiado en el tiempo. Si fuera necesario, recetará diuréticos para mejorar la condición (medicamento).

El proceso de la retención de líquidos consiste en un aumento del volumen del líquido intersticial o, dicho en otras palabras, una excesiva acumulación de líquidos que se quedan atrapados en los tejidos. Puede suceder por causas muy variadas, pero las más comunes son las siguientes: problemas circulatorios, insuficiencia cardiaca congestiva y enfermedades renales o hepáticas. Además de las razones mencionadas anteriormente, también existe el edema cíclico idiopático, en el cual no existe una causa conocida o la retención de líquido durante los días anteriores al periodo menstrual o la ovulación en la mujer.

La principal medida para combatir el edema es consumir una dieta baja en sodio, es decir añadir poca cantidad de sal de mesa a la comida, alimentos frescos como frutas y verduras y agua pura en suficiente cantidad. Se debe evitar agregar sal en las comidas, alimentos enlatados o altamente procesados, puesto que estos ingredientes retienen el agua, lo que significa que cuanta más se ingiera, más líquido se retendrá.

En este punto, cabe destacar que la mayor parte del sodio dietético que tomamos no proviene de la sal de mesa, sino de los alimentos procesados (más del 70%). Así, la preferencia será para los alimentos naturales como las frutas, verduras, legumbres, carnes y pescados frescos.

Es aconsejable tomar la costumbre de leer con detenimiento los ingredientes que se muestran en las etiquetas de información nutricional de los productos preparados y envasados que compramos. También es importante recordar que los alimentos etiquetados nutricionalmente como bajos en sal, no deben contener más de 0,25 gramos de sodio por 100 gramos del alimento. De esta forma, tendremos la posibilidad de priorizar siempre aquellos que tengan un menor contenido en sodio.

Los términos “sal de mesa” y “sodio” se utilizan indistintamente, pero no tienen el mismo significado. La sal de mesa, conocida también como cloruro de sodio, es un compuesto de estructura cristalina que se encuentra en la naturaleza. Por el contrario, el sodio es un mineral y uno de los elementos químicos que forman la sal.

“La mayor parte del sodio que consumimos proviene de los alimentos procesados”

El sodio se utiliza de muchas formas distintas en los procesos de determinados alimentos: curar carne, hornear, espesar, conservar la humedad, potenciar el sabor y conservar. El glutamato monosódico, el bicarbonato de sodio, el nitrito de sodio y el benzoato de sodio son algunos de los aditivos alimenticios más comunes que más se emplean en la industria y que aportan a la cantidad final de sodio.

En el mercado hay muchos alimentos que, si bien poseen un alto contenido en sodio, no tienen un sabor salado, como por ejemplo el pan, las tortas y los cereales. De ahí que nuestro sentido del gusto no es suficiente para descartar los alimentos con más sodio del conveniente.

Qué está prohibido y qué es bueno consumir para evitar el edema

Hay que prestar especial atención para evitar los siguientes alimentos procesados:

  • Pizza.
  • Burritos y tacos.
  • Sopas preparadas.
  • Snacks y aperitivos salados (papas fritas, galletas saladas, etc.).
  • Embutidos.
  • Hamburguesas.
  • Azúcar refinado.
  • Harina.
  • Conservas.
  • Ahumados.
  • Quesos curados y semicurados.
  • Aceitunas.
  • Salsa de Soya

Además de lo anterior, también son contraproducentes las bebidas alcohólicas.
Por el contrario, es preferible consumir alimentos naturales priorizando los siguientes:

  • Frutas: naranja, mandarina, limón, toronja, papaya, manzana, sandía, pera y uva.
  • Todas las verduras y hortalizas y, en especial, perejil, apio, alcachofas, lechuga y espárragos.
  • Legumbres como las vainas o las judías verdes frescas
  • Pescados, tanto frescos como congelados, excepto los que se presentan en conserva, ahumados y salados.
  • Lácteos, yogures y quesos frescos sin sal.
  • Todas las carnes magras y frescas: ternera, cerdo, pollo, pavo y conejo.
  • Infusiones: té y otras.

Otras medidas recomendadas para mejorar la eliminación de líquidos son las que siguen a continuación:

  • Mantener las piernas elevadas.
  • Evitar estar sentado durante mucho tiempo.
  • Practicar ejercicio con regularidad.
  • Beber agua en infusiones.
  • Recurrir al drenaje linfático manual.
  • Presoterapia.
  • Dormir lo que el cuerpo necesita.
  • Cocinar los alimentos al vapor, al horno, a la plancha, guisados o estofados.

Edema en el embarazo
La retención de líquidos es una de las molestias más frecuentes en la mujer gestante y es más notable durante los últimos meses del embarazo y cuando las temperaturas son más altas.
Al finalizar el día, suele aumentar la sensación de pesadez, cansancio e hinchazón de piernas y tobillos, aunque a veces también afecta a las manos y a la cara. Lo sufren más aquellas que tienen predisposición genética a la retención de líquidos y las que padecen trastornos renales, cardíacos o circulatorios.
Consejos:
●       Evitar pasar mucho tiempo de pie.
●       No ponerse ropa demasiado apretada.
●       Utilizar calzado cómodo y descartar los zapatos que puedan comprimir los pies.
●       Descansar con las piernas hacia arriba.
●       Consumir frutas y verduras frescas.
●       Reducir el consumo de sal.
●       Beber mucha agua durante el día, por lo menos 1.5 litros por día.
●       Darse duchas de agua fresca.
●       Masajear las piernas con cremas refrescantes.
●       Practicar ejercicio controlado.

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