La principal característica de la dieta cetogénica, más conocida como keto, es que está diseñada para que el cuerpo logre obtener energía desde sus reservas de grasa como fuente principal ya que la cantidad de carbohidratos, se encuentra limitada. En definitiva, se trata de consumir los alimentos adecuados en las proporciones correctas para conseguir que el cuerpo queme la grasa almacenada.
Por eso, más allá de ser una dieta de moda, varios estudios clínicos han demostrado el beneficio de la dieta keto como parte del tratamiento de la obesidad. Es importante que exista un cuidadoso control por parte de un profesional de la salud para mantener este plan de alimentación y alcanzar resultados exitosos a corto plazo por las siguientes razones:
- Reduce el aporte diario de carbohidratos. Se limitan los carbohidratos a un 12% de la ingesta total calórica para provocar que el cuerpo obtenga la energía de las grasas acumuladas. Esta restricción de carbohidratos es sobre todo de los complejos.
- Aumenta el consumo de grasas saludables. Esto, a su vez, ayuda a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos, mejorando la salud cardiovascular.
- Disminuye los antojos alimentarios. Al aumentar la ingesta de grasa, aumenta el nivel de saciedad y por lo tanto la ansiedad por ingerir alimentos azucarados disminuye.
- Mejora el control de la glucosa en la sangre. Aumenta la sensibilidad de los receptores insulínicos y la cantidad producida de insulina y por ende del control de la glucosa en la sangre.
Al pasar de una alimentación alta en hidratos de carbono (más del 50% de la dieta) a un plan de comidas alto en grasas, pero bajo en carbohidratos (menos del 13% de la dieta), lo que sucede es que el cuerpo va a necesitar generar energía a partir de las grasas y no de la glucosa. Este proceso recibe el nombre de cetosis y de ahí proviene el nombre de la dieta.
“En el proceso de la cetosis el cuerpo, al no tener glucosa, utiliza los ácidos grasos como energía”
¿Realmente sirven las dietas cetogénicas para vencer la obesidad?
Las dietas cetogénicas deben ser utilizadas con precaución en los tratamientos para tratar la obesidad porque, y eso también hay que reconocerlo, este plan nutricional tiene sus pros y sus contras. Hasta ahora, los estudios han demostrado que con el sistema keto se obtienen resultados positivos para la pérdida de peso, disminución de la resistencia a la insulina y niveles de colesterol.
En su contra, lo que cabe argumentar es que esta dieta restringe muchos alimentos saludables, especialmente una variedad de frutas y verduras que, por su cantidad de azúcar, quedan excluidos de la dieta, por lo que es imprescindible tener mucha rigurosidad y control médico para seguir el plan. En este sentido, se recomienda que los pacientes con obesidad consulten a un profesional de la salud antes de comenzar una dieta cetogénica por su cuenta y riesgo.
Si bien la dieta keto es capaz de ayudar a las personas adultas con obesidad a perder peso y mejorar los marcadores de salud metabólica, incluyendo los niveles de glucosa en sangre, la presión arterial y los niveles de colesterol, hay que resaltar que no está recomendada para todo el mundo.
En concreto, está contraindicada en personas con enfermedades hepáticas, renales y cardíacas, así como en aquellas que no tienen un buen control de su diabetes. De ahí que resulta imprescindible consultar con un especialista antes de comenzar con un plan cetogénico.
Además, debido a la naturaleza baja en carbohidratos de la dieta keto, hay quienes pueden experimentar algunos síntomas desagradables como malestar estomacal, diarrea, dolores de cabeza, fatiga y náuseas. Con todo, estas molestias van desapareciendo con el tiempo.
Es importante que los pacientes entiendan que la dieta cetogénica conlleva determinados riesgos:
- Deficiencia de nutrientes, especialmente de vitaminas y minerales. Debido a la restricción severa de los carbohidratos. Existe el riesgo de que aparezcan carencias nutricionales.
- Efectos secundarios. A veces causa mal aliento, dolor de cabeza, náuseas, fatiga y déficit de atención.
- Aumento de colesterol. El exceso de grasas saturadas puede aumentar los niveles de colesterol en la sangre.
El profesional de la salud será quien se encargue de evaluar los posibles riesgos que conlleva para la salud este plan de alimentación y recomendará al paciente cuál puede ser la dieta más adecuada en su caso concreto y velar por su equilibrio nutricional. Además, si fuera necesario, el especialista podrá recomendar algún tratamiento farmacológico (medicamentos) para conseguir los objetivos planteados en un adelgazamiento saludable.
La dieta keto no es milagrosa, también requiere ejercicio
Ningún plan de alimentación es milagroso. Motivo por el que, indudablemente, sí se recomienda combinar una dieta keto con ejercicio si lo que se pretende es bajar de peso.
El ejercicio regular ayuda a quemar calorías y grasas y puede mejorar la salud general, mejorar el estado de ánimo y aumentar la energía. Por lo tanto, se recomienda hacer al menos 30 minutos de ejercicio de intensidad moderada al día para obtener los mejores resultados.
¿Qué alimentos están prohibidos en la dieta keto?
Dado que los carbohidratos se limitan drásticamente, durante la dieta keto no se podrá consumir pan, alimentos horneados, dulces, fideos, los cereales del desayuno, las verduras con almidón, las patatas, el maíz, los guisantes, los frijoles, la fruta y la cerveza.