A muchas personas se les desencadena dolor de cabeza cuando realizan actividad física y, de hecho, este es un factor que predispone a las cefaleas (dolores de cabeza recurrentes). Por el contrario, practicar ejercicio de forma regular, siempre y cuando sea de una forma controlada, puede ayudar a prevenir la migraña. En todo caso, siempre se debe consultar a un especialista para conocer el origen del dolor de cabeza y los posibles tratamientos (medicamentos).
Parece que estamos hablando de lo mismo, pero ¿cuál es la diferencia entre actividad física y ejercicio? Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la actividad física es “cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos, con el consiguiente consumo de energía”. Por tanto, caminar para ir al trabajo, realizar labores domésticas, jugar con nuestro animal de compañía o subir las escaleras de nuestra casa son situaciones cotidianas de actividad física.
El ejercicio también es una actividad física, aunque en este caso está planeada y estructurada, habitualmente de forma repetitiva, y se realiza con la finalidad de mejorar las condiciones fisiológicas, ya sea relacionadas con la fuerza, resistencia, velocidad o flexibilidad. Nadar, correr, montar en bicicleta o levantar pesas pueden ser algunos ejemplos.
Cabe señalar que el excesivo esfuerzo físico al realizar ejercicios extenuantes de forma prolongada puede producir dolor de cabeza. De ahí la importancia de practicar deporte de la mano de un buen guía o entrenador que planifique nuestras rutinas en las prácticas deportivas. También es aconsejable contar con el asesoramiento de un nutricionista.
“El esfuerzo físico al realizar ejercicios extenuantes de forma prolongada puede producir dolor de cabeza”.
Los dolores de cabeza por esfuerzo físico se pueden dividir en primarios y secundarios. En el primer caso no son perjudiciales y, a menudo, pueden prevenirse con medicamentos. Se desconocen los motivos exactos del dolor de cabeza primario por esfuerzo físico, aunque hay una teoría que apunta a que el esfuerzo físico extenuante dilata los vasos sanguíneos que se encuentran en el cráneo.
Por su parte, los dolores de cabeza secundarios por esfuerzo físico son la consecuencia de un problema subyacente que podría ser de gravedad, dentro (sangrado o tumor) o fuera del cerebro (enfermedad de las arterias coronarias). Aquí, cabe destacar, que siempre requieren atención médica de urgencia.
El riesgo de sufrir dolor de cabeza por esfuerzo físico es mayor cuando las temperaturas son muy altas, la práctica se realiza en altitudes elevadas o existen antecedentes familiares de migraña.
Las personas que ya han comprobado que sufren dolor de cabeza solo cuando realizan ciertas actividades deberían evitarlas. Por otro lado, hacer un precalentamiento antes de un ejercicio extenuante también es una ayuda de cara a la prevención.
¿Qué síntomas alertan del dolor de cabeza por esfuerzo físico?
Las características del dolor de cabeza primario por esfuerzo físico son las siguientes: suelen describirse como pulsátiles, es decir, como una sensación de golpeteo repetido; ocurren durante o después de un ejercicio extenuante y, la mayor parte de las veces, afecta ambos lados de la cabeza.
Estos mismos síntomas también se presentan en el dolor de cabeza secundario por esfuerzo físico, aunque también es probable que haya vómitos, pérdida del conocimiento, visión doble y rigidez en el cuello.
Diagnóstico para el dolor de cabeza
Es muy probable que el profesional de la salud recomiende una prueba por imágenes en los siguientes casos: el dolor de cabeza sobrepasa un número de horas o aparece de una forma repentina; la persona tiene más de 40 años, y se manifiestan otros signos y síntomas como náuseas, vómitos o problemas de la visión.
¿Cuáles son las pruebas por imágenes?
Sirven para distinguir si el dolor de cabeza por esfuerzo físico es inofensivo o está provocado por irregularidades estructurales o vasculares. Son las siguientes:
● Resonancia magnética (RM). A partir de un campo magnético de ondas radioeléctricas se crean imágenes transversales de las estructuras internas del cerebro.
● Angiografía por resonancia magnética y por tomografía computarizada. Estos estudios permiten observar los vasos sanguíneos que se dirigen al cerebro o están en su interior.
● Tomografía computarizada. Utiliza rayos X para generar imágenes transversales. Suele hacerse cuando el dolor de cabeza comenzó en las últimas 48 horas y es capaz de mostrar un sangrado fresco o reciente dentro del cerebro o a su alrededor.
● Punción lumbar. Se recomienda hacerla cuando el dolor de cabeza surge abruptamente y, a simple vista, la imagen del cerebro aparenta normalidad.
Ejercicio aeróbico para la migraña
Bien sea de forma aislada o en conjunto con la medicación adecuada, el ejercicio aeróbico está en el punto de mira como herramienta eficaz para prevenir las migrañas de tipo episódico o crónicas.
Todavía no existe suficiente información acerca del tema, pero los investigadores ya han determinado que los mecanismos que subyacen a los beneficios del ejercicio físico respecto a la migraña se dividen en dos categorías:
● Biológicos. Destaca el papel supresor del ejercicio aeróbico regular sobre los mediadores inflamatorios que se observan en personas con migrañas. También se ha demostrado que el ejercicio actúa a nivel neurovascular, con lo que aumenta el flujo sanguíneo del cerebro y se reduce la frecuencia de los ataques migrañosos.
● Psicológicos. Mejora la percepción de uno mismo e intensifica el locus del control (afecta al punto de vista de un individuo y su manera de actuar en el entorno), lo que contribuye a llevar un mejor manejo de la migraña.