El virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) están rodeados de creencias erróneas producto de la desinformación, la ignorancia y la discriminación hacia los afectados por el VIH. Así, a lo largo de los años, se han creado y extendido muchos mitos en torno a este tema, los cuales contribuyen al estigma social que rodea la enfermedad.
Los mitos más comunes y, por supuesto, FALSOS, sobre el VIH son:
- Se puede contagiar a través del contacto casual. No se transmite a través del aire, el agua o el contacto casual. Las formas principales de transmisión son mediante contacto con el fluido corporal de una persona infectada, como el semen, la sangre o el líquido preseminal. Esto incluye el sexo sin protección, el uso compartido de agujas o jeringas, o la transfusión de sangre contaminada.
- Se transmite a través de la saliva. También es falso. El virus se encuentra en la sangre, el semen, el líquido preseminal y el fluido vaginal de una persona infectada. Si bien, la saliva contiene pequeñas cantidades de VIH, solo podría ocurrir un contagio en el caso de que la persona tuviera lesiones en la boca o hubiera sangre presente.
- Se puede contagiar a través del uso de un baño público. No es cierto, ya que el VIH no se transmite por contacto con el agua. Además, la mayoría de los baños públicos están equipados con desinfectantes especiales que matan el virus.
- No se puede tener relaciones sexuales con una persona infectada. Se pueden tener relaciones sexuales seguras con una persona infectada si se usan métodos de prevención adecuados. Esto incluye el uso de condones y la toma de medicamentos antirretrovirales para prevenir la transmisión del VIH.
- Las personas infectadas con el VIH no pueden tener hijos. Existen varias formas de prevenir la transmisión del VIH durante el embarazo. Entre ellas, el uso de medicamentos para disminuir el riesgo de transmisión de la madre al bebé, así como el uso de tratamientos especiales para eliminar el virus durante la gestación.
- No se puede vivir con el virus. Las personas con VIH pueden tener una vida larga y saludable si reciben tratamiento adecuado, el cual puede disminuir los síntomas del VIH y prevenir su progresión a SIDA.
Las personas con VIH pueden tener una vida larga y saludable si reciben los tratamientos adecuados
Todas estas ideas falsas contribuyen al estigma social que rodea la enfermedad. Por eso es tan importante difundir la información correcta acerca del VIH, como forma de reducir los prejuicios y mejorar el acceso a la atención médica para las personas que viven con el VIH.
Sí, una persona con VIH puede llevar una vida normal
Muchas personas con VIH viven una vida normal y productiva, como la de cualquier otra persona, gracias a los avances en el tratamiento y las terapias. No obstante, hay algunas cuestiones que pueden afectar la cotidianidad de una persona con VIH, y que son los efectos secundarios de los medicamentos, el estigma social y la preocupación por el contagio.
Actualmente, los efectos secundarios de los fármacos se pueden controlar, ya que muchos de ellos se han mejorado con el tiempo y ahora son mucho más seguros y eficaces (medicamentos).
Respecto al estigma social, todavía hay personas con VIH que pueden sentirse discriminadas y aisladas. En este sentido, existen varias comunidades en línea y programas de apoyo para ayudar a las personas a sentirse conectadas y apoyadas.
En tercer lugar, la preocupación por el contagio puede ser un desafío para las personas con VIH, aunque con el tratamiento adecuado, la probabilidad de contagiar a otra persona se reduce significativamente. En todo caso, es fundamental que se decidan a hablar con un profesional de la salud para aclarar cualquier duda sobre el riesgo de contagio.
A pesar de todo lo mencionado, muchas personas con VIH son capaces de llevar una vida relativamente normal. Esto incluye trabajar, asistir a la escuela, viajar y tener relaciones saludables. Hoy, el VIH no es una sentencia de muerte y las personas que lo tienen pueden llevar una vida plena y saludable.
Qué es lo que no debe hacer una persona con VIH
El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) es una enfermedad crónica y progresiva que puede afectar el sistema inmunitario de una persona. Si bien el tratamiento y la prevención han mejorado mucho desde que se descubrió el virus, aún hay algunas cosas que las personas con VIH no deben hacer para mantenerse sanas.
- Tienen que evitar el contacto sexual sin protección. Incluso si están recibiendo tratamiento, es importante usar preservativos cuando tienen relaciones sexuales para evitar la transmisión del virus a otras personas. Esto es cierto tanto para la relación heterosexual como para la homosexual.
- No pueden compartir agujas, jeringas o cualquier otro equipo para inyectar drogas. Esto es especialmente importante para quienes usan sustancias intravenosas, ya que la compartición de equipos puede aumentar el riesgo de transmisión del VIH.
- No deben rechazar el tratamiento. (medicamento) Es comprensible que algunas personas sean reacias a tomar medicamentos, pero tienen que asumir que el tratamiento farmacológico es la única forma de controlar el virus. Gracias a ellos se puede prevenir la progresión de la enfermedad y contribuir a que lleven una vida plena.
- Tienen que evitar el consumo excesivo de alcohol y drogas porque pueden afectar la forma en que el cuerpo absorbe los medicamentos para el VIH, lo que puede reducir su eficacia. Además, el abuso de sustancias puede aumentar el riesgo de complicaciones relacionadas con la enfermedad.
- Es aconsejable eludir el contacto con otras personas que tienen el virus, especialmente si no se están tratando. Esto se debe a que el virus se puede transmitir fácilmente de una persona a otra sin protección.
- Deben evitar el contacto con sangre y fluidos corporales de otras personas. Esto es especialmente importante para aquellos que trabajan en hospitales o clínicas, ya que pueden estar expuestos a materiales potencialmente infectados.
Estas acciones no pueden curar el VIH, pero sí pueden ayudar a prevenir la progresión de la enfermedad y a mejorar la calidad de vida de las personas que viven con el virus.
Tratamientos para el VIH
Aunque el VIH no se puede curar, los avances en la medicina han sido notables.
Los tratamientos para el VIH están dirigidos a controlar los síntomas de la enfermedad y a mantener el sistema inmune del paciente lo más fuerte posible. Se pueden dividir en dos categorías principales:
● Terapias antirretrovirales. Son medicamentos que ayudan a reducir la cantidad de virus en el cuerpo y a prevenir su propagación. Pueden controlar la replicación del virus para que no se desarrolle una infección crónica. La mayoría de los pacientes con VIH deben tomar estos medicamentos de por vida para controlar la enfermedad.
● Tratamientos para las complicaciones asociadas con la infección. Sirven para combatir la fatiga, el aumento de peso, la presión arterial elevada, la diabetes, el colesterol alto, la infección del tracto urinario y el aumento de los niveles de azúcar en la sangre. Se pueden basar en medicamentos, cambios en el estilo de vida, ejercicio y alimentación saludable.
En algunos casos, los pacientes pueden necesitar terapias especializadas para abordar las complicaciones más graves. Un tratamiento efectivo para el VIH también debe incluir consejería y apoyo. Los pacientes requieren ayuda psicológica para manejar el estrés y la ansiedad asociados con la enfermedad. También es importante el apoyo familiar y de los amigos. Esto ayudará a los pacientes a sentirse menos solos y a tener una mejor calidad de vida.
Los pacientes deben ser examinados regularmente para detectar cualquier cambio en la condición. Esto ayuda a los médicos a ajustar el tratamiento según sea necesario y a prevenir complicaciones.