La dieta sí influye en el estado de ánimo

La dieta sí influye en el estado de ánimo

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6 minutos
febrero 25, 2023

La alimentación y el bienestar están íntimamente relacionados porque el equilibrio nutricional influye en el funcionamiento de nuestro organismo. Cuando comemos alimentos saludables nuestro cuerpo recibe los nutrientes esenciales para producir energía para realizar las actividades diarias.

Si la dieta está basada únicamente en alimentos procesados y ricos en carbohidratos, como la comida chatarra y la bollería, nos sentiremos más cansados y tendremos menos energía para hacer las cosas. Por el contrario, si tomamos alimentos frescos que contienen vitaminas y minerales como frutas, verduras o alimentos altos en proteínas y grasas saludables, experimentamos un aumento de energía y un mejor estado de ánimo.

No solo eso, la dieta también puede influir en la salud mental, ya que algunos alimentos contienen nutrientes que promueven la producción de neurotransmisores como la serotonina, que juegan un papel fundamental en el estado de ánimo.

¿Qué alimentos pueden aumentar el estado de ánimo?

Los alimentos ricos en hierro, vitaminas del grupo B, magnesio, zinc y ácidos grasos omega-3 pueden ayudar a mejorar el estado de ánimo y la salud mental. Algunos ingredientes saludables que proporcionan nutrientes y, por ende, se deben integrar en la dieta, son los siguientes:

  • Mariscos.
  • Nueces.
  • Yogur.
  • Soja.
  • Frijoles.
  • Frutas frescas.
  • Verduras de hoja verde.
  • Semillas de lino.
  • Semillas de cáñamo.

Los alimentos ricos en hierro, vitaminas del grupo B, magnesio, zinc, ácidos grasos y omega-3 mejoran el ánimo y la salud mental

Además de incluir estos alimentos en su dieta, también es aconsejable tener en cuenta lo siguiente:

  • Comer despacio y con conciencia. Ingerir la comida rápidamente puede dar lugar a acabarse todo lo que hay en el plato, e incluso repetir, sin apenas permitir al cuerpo llegar al estado de saciedad. Masticar despacio y varias veces, siendo conscientes del acto, permitiéndonos disfrutar de cada bocado, es un hábito que todos debemos desarrollar.
  • Comer sólo cuando tenga hambre y no sea antojo o hambre emocional. En lugar de comer porque se siente angustiado o con cualquier otro estado de ánimo negativo, sustituya esa acción por otra más sana, como dar un paseo o llamar por teléfono a una amistad o familiar. Es Importante distinguir, cuando tenemos hambre y cuando estamos tratando de cubrir una necesidad emocional a través de la comida como la tristeza, el aburrimiento o la ansiedad.
  • Planificar las compras de alimentos y comidas. Realizar una lista de compras del mercado, permite conocer mejor la alacena de la casa, planificar con anticipación el menú de la semana y así evitar recurrir a opciones rápidas y poco nutritivas o a pedir comida a domicilio.

No hay un único alimento concreto que cause una disminución del estado de ánimo en todas las personas de forma general. La respuesta a esta cuestión puede variar dependiendo de factores individuales como la salud general, la dieta y los hábitos alimenticios.

Algunos de los alimentos que pueden disminuir el estado de ánimo de una persona son los que se mencionan a continuación:

  • Carbohidratos altamente procesados: comida chatarra.
  • Dulces: bollería industrial.
  • Refrescos azucarados
  • Procesados: embutidos, platos para calentar en el microondas, congelados, latas en conserva, patatas chips, etc.

Este tipo de comida se digiere fácilmente, lo que provoca un rápido aumento en los niveles de azúcar en sangre, que luego caen abruptamente. Esto puede causar una sensación de cansancio, irritabilidad y depresión.

¿Cómo se pueden identificar los malos hábitos alimenticios?

Para identificar los malos hábitos alimenticios que desencadenan un estado de ánimo negativo es importante prestar atención al tipo de comida que se consume habitualmente. Los principales factores son estos:

  • Estrés y ansiedad: lleva a las personas a comer en exceso y velozmente o a hacerlo con comida rápida y poco saludable.
  • Depresión: puede conducir a una falta de deseo de comer.
  • Sedentarismo: se ralentiza el metabolismo y la energía.
  • Desnutrición: su impacto es muy negativo en la salud mental.
  • Falta de tiempo: se recurre a la comida chatarra para satisfacer antojos y necesidades alimenticias.

Un buen método para cambiar los hábitos poco saludables es elaborar una lista de factores desencadenantes comunes que impulsan a comer de forma inadecuada, incluso cuando no se tiene hambre. Esta puede servir de ejemplo:

  • Abrir un cajón y encontrar el refrigerio favorito.
  • Sentarse en el sofá para ver la televisión.
  • Antes o después de una reunión o una situación estresante en el trabajo.
  • Llegar a casa del trabajo y no tener ni idea de lo que se va a comer.
  • Que alguien le ofrezca un plato que hizo “solo para usted”.
  • Pasar frente al escaparate de pasteles o postres.
  • Sentirse aburrido o cansado y pensar que la comida le puede subir el ánimo.
  • Pasar a diario por el restaurante de comida rápida que más le gusta.
  • Sentarse en el comedor del trabajo cerca de la máquina expendedora de golosinas.

Puede hacer su propia lista para añadir otros desencadenantes que identifique en su vida cotidiana. Una vez que se toma conciencia de qué es lo que está sucediendo y en qué errores cae respecto a su dieta, será más fácil tomar medidas y redirigir esas costumbres por otras más sanas.

En definitiva, para tener un buen estado de ánimo es imprescindible seguir una dieta saludable rica en nutrientes y un programa de ejercicio regular (hipervínculo). Esto último puede aumentar el metabolismo, lo que a su vez eleva los niveles de energía. El ejercicio también produce endorfinas, que son hormonas que pueden mejorar el estado de ánimo. Lo ideal es combinar la dieta, el ejercicio y suficiente descanso.

8 consejos para mejorar los hábitos alimenticios y tener un buen estado de ánimo
 
●       Evitar la comida chatarra, los dulces, los refrescos y los alimentos procesados.
●       Comer en horarios e intervalos regulares.
●       No saltarse comidas.
●       Elegir alimentos ricos en nutrientes, como frutas, verduras, proteínas y grasas saludables.
●       Eliminar los refrescos.
●       Aumentar la actividad física para aumentar el metabolismo y obtener más energía.
●       Planificar comidas saludables con anticipación.
●       Consultar a un nutricionista para obtener consejos personalizados sobre nutrición y bienestar.

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